El cerro de Coatepec, hoy Ciudad Universitaria de la UAEMéx, fue el lugar donde se dio el primer conflicto que trajo como resultado la derrota de los realistas durante la primera etapa de la lucha por la Independencia de México.
El Cerro de Coatepec, espacio que en la época prehispánica contó con nopaleras y flores silvestres, así como ratones de campo, artrópodos, reptiles y serpientes, desde hace 60 años se levantó como Ciudad Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), con un alto valor histórico para la institución.
Existen referencias que indican que su nombre se debe a la presencia de serpientes de cascabel. El toponimista, Manuel de Olaguíbel expuso que su significado era “lugar de la serpiente”; siendo que una traducción del náhuatl para la palabra Coatepec es “Coatl”, refiriéndose a serpiente, y “Tepetl", que significa cerro.
Rodeado, actualmente, por los cerros de Huitzila, Cóporo, Zopilocalco, Toloche, San Miguel y La Teresona, esta elevación natural, ubicada al poniente de la capital mexiquense, vigiló, a lo largo de la época prehispánica, la actividad de pueblos indígenas como los matlatzincas, otomíes y nahuas, que se asentaron en el Valle de Toluca.
Al respecto, la historiadora del Colegio Mexiquense, María Teresa Jarquín, destacó que en esta región, “los habitantes del valle buscaron estar siempre cerca de un cerro o montaña que consideraban sagrada, en donde suponían habitaban las deidades que los protegían o castigaban según su comportamiento”.
A la llegada de los españoles, diversas crónicas realizadas durante la época colonial, refieren que árboles, cerros y montañas continuaron gozando de un culto especial, por considerar que allí residían algunas deidades. Cosmovisión que se mezcló con cultos católicos.
Entre los acontecimientos históricos que se desarrollaron en el cerro de Coatepec, destaca el registrado en 1811, durante la lucha por la Independencia de México. Entre el 14 y 18 de octubre, apenas tres meses después del fusilamiento de Miguel Hidalgo y Costilla, se suscitó una batalla entre el Ejército Realista, al mando del brigadier Rosendo Porlier y el Ejército Insurgente, a cargo de José María Oviedo.
El Cerro de la Serpiente fue el lugar donde inició la pelea, dando como resultado la derrota de los realistas durante el primer encuentro de esta pugna. Desafortunadamente, para la causa insurgente, los enfrentamientos continuaron en el cerro del Calvario y culminó en la actual Plaza de los Mártires de Toluca con la matanza de cien indígenas.
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