Celebran su primer Día del Padre como papás de corazón
- Redacción: La Noticia Es
- 14 jun
- 2 Min. de lectura

Con un proceso ágil y sensible, el PJEdomez hace posible que más niñas y niños crezcan en un entorno protector.
En el Edomex el procedimiento de adopción toma entre seis y siete meses.
Este Día del Padre será distinto para Alberto y Diego, por primera vez celebrarán después de adoptar hace cuatro meses a Ary. Gracias al Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción del Poder Judicial del Estado de México, ahora sus días se convierten en una rutina que se llenan de juegos, aprendizaje y amor. La llegada de su hija hizo posible su sueño más profundo: formar una familia de corazón.
Su historia inició en 2019; sin embargo, sabían que construir un hogar iba más allá de compartir un techo. Ambos tenían claro que querían vivir la experiencia de la paternidad. Del corazón del paso de los años cumplieron metas personales y profesionales, y llegó un momento en que el deseo de criar y educar a una niña o niño se convirtió en su mayor ilusión.
Decidieron dar el paso tras una conversación con una amiga cercana, se informaron y acercaron a las instituciones para iniciar el proceso. En noviembre entregaron la lista de espera y en febrero, su anhelo se hizo realidad con la llegada de Ary, una pequeña con la energía y esperanza de un nuevo comienzo.
En el Estado de México, el procedimiento de adopción toma entre seis y siete meses. Las familias interesadas deben iniciar en la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, donde se realiza un proceso que incluye valoraciones médicas, psicológicas y sociales. Si todo es favorable, se emite un certificado de idoneidad y, en días posteriores, el Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción y Restitución Internacional de Menores dicta la sentencia que une familias de corazón.

La emoción de Alberto y Diego creció el día en que el juzgado especializado en estos procedimientos del PJEdomez les permitió legalmente cumplir su sueño y vieron por primera vez a la pequeña caminando con pasos ligeros y un brillo inconfundible en la mirada. Ese instante, dicen, marcó un antes y un después en su vida.
“Fue como vivir un pensamiento feliz, de esos que te llevan al país de Nunca Jamás”, describe Diego, evocando la magia de ese primer encuentro. Ahora, Ary llena su hogar con risas y ocurrencias, aunque aseguran que la rutina está llena de retos, también hay momentos que antes solo imaginaban.
Ser padres, coinciden, no es una tarea sencilla, pero sí profundamente transformadora. Por eso, animan a otras personas que desean formar una familia a través de la adopción, a acercarse, informarse y confiar en que hay muchos niños y niñas que esperan ser parte de un hogar. Para esta joven familia, este Día del Padre será inolvidable, pues también celebran el inicio de una nueva vida, la cual tiene nombre, pasos juguetones y una mirada que, desde febrero, les recuerda todos los días que los sueños, con amor y paciencia, se hacen realidad.
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