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¡OPINIÓN! LETRAS DE JUAN GABRIEL



  • Futuros alcaldes del PVEM ya sienten la presión de la dirigencia.

  • Atención en Ocoyoacac, Almoloya del Río, Malinalco y Joquicingo.

  • Colaboradores de candidatos ganadores anticipan irrupción partidaria.

  • PT y Agustín González impugnan su derrota por "nocaut" en Lerma.


POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ

Mucho ojo y seguimiento a lo que sucederá en municipios como Ocoyoacac, Malinalco, Almoloya del Río y Joquicingo, previo a la toma de posesión de las próximas administraciones edilicias en enero del 2022.

Estos municipios fueron ganados por candidatos que compitieron con las siglas del Partido Verde, sin ser precisamente ecologistas. Aunque su arraigo político y aceptación ciudadana les hubiera permitido ganar con este o cualquier otro partido.


No se si se han percatado, pero bajo el argumento de agradecer a las estructuras, el presidente del PVEM en la entidad, José Alberto Couttolenc, ha visitado los municipios que -según él- se obtuvieron gracias al “trabajo verde”.



Fuentes allegadas a diversos candidatos triunfadores han revelado a esta columna el temor que tienen de que algunos integrantes de la dirigencia estatal, con o sin conocimiento de causa por parte de Couttolenc Buentello, estén preparando el asalto a los ayuntamientos: primero, con el discurso de que sin el PVEM no se habrían alcanzado las victorias; luego, con el pase de factura (lo que supuestamente le deben a la dirigencia partidaria por la presunta donación de vinilonas, mochilas, utensilios, etc.) y finalmente, con la imposición de personajes que deberán ocupar puestos claves en las administraciones (tesorerías, direcciones de obras, adquisiciones y espacios donde se toman decisiones de alto flujo económico).


Integrantes y colaboradores de las plantillas ganadoras han fruncido el ceño porque anticipan que les saldrá más caro “el caldo que las albóndigas” y que varios de los que realmente trabajaron podrían quedar fuera de las administraciones o les terminarán dando puestos sin importancia. Allegados de los alcaldes electos han tomado nota y hasta el más mínimo detalle.

De manera especial la incertidumbre cunde en Ocoyoacac, Joquicingo; Almoloya del Río y Malinalco, donde ya ronda el fantasma de Luis Alberto Carballo como posible enlace entre el partido y los ayuntamientos, para cavar lo que -anticipan- será el túnel financiero.



Nos indican que alcaldes electos del Verde y sus respectivos equipos están dispuestos a defender sus administraciones para impedir que el “pajarito” les gane el vuelo. Incluso más de uno podría no atender la recomendación de hacer de los ayuntamientos agencias de colocación ecologistas. La disyuntiva está sobre los futuros presidentes del PVEM: o atienden compromisos de sus respectivos equipos o le dan cabida a las imposiciones de la dirigencia estatal.

¿Quieren un ejemplo de cómo sacudirse las presiones?, pregúntenle al actual alcalde de Xalatlaco, René Reza Molina… al menos dos de los seis futuros presidentes municipales del PVEM ya tienen evidencias de las voraces intenciones. ¡Alguien ya metió las patas!


CANCIÓN, DICHO O REFRÁN…

A duras penas…

Por cierto, Pepe Couttolenc se sigue desgañitando en afirmar que el Partido Verde ha crecido en su votación como si fuera la panacea política. En realidad en las elecciones del pasado 6 de junio sólo aumentó “en uno” el número de municipios respecto a los obtenidos en 2018. De los ayuntamientos que ganó hace tres años sólo retuvo Tenango del Aire, por el contrario Amecameca se lo arrebató el PRI; Tepetlixpa y Cocotitlán se los quitó Movimiento Ciudadano; y Polotitlán se lo adjudicó la alianza PRI-PAN-PRD. En los recientes comicios ganó como nuevos Sultepec con José Alberto Mejía; Ocoyoacac con Samuel Verdeja; Almoloya del Río con Esmeralda González; Malinalco con Juan Antonio Mendoza y Joquicingo con Rausel Cervantes. A duras penas el PVEM tendrá dos diputadas locales bajo riesgo de que se fracture la bancada… ah, pero con eso ya andan haciendo fiesta.


Reclaman derrota por nocaut…

Entre las más de 170 impugnaciones sobre los resultados electorales del pasado 6 de junio están las que seguramente podrían dar un giro, al grado de revertir algunas constancias de mayoría de alcaldes y diputados electos, debido a lo cerrado de la contienda; pero hay otras inconformidades jurídicas que rayan en lo absurdo por las formas, partidos y candidatos que las empujan. Una de las impugnaciones que parece una vacilada es la que interpuso Agustín González Cabrera, candidato de la alianza Morena-PT-NAEM a la alcaldía de Lerma. Con más de 8 mil 300 votos de diferencia, es decir a 14.4 por ciento de distancia del ganador, González Cabrera exige la nulidad de las elecciones tras acusar compra de votos a cargo del PRI, nada nuevo. Cuando Agustín González decidió competir sabía perfectamente que enfrentaría al priismo más anquilosado, mañoso, estructurado y con mayores recursos de todo el Estado de México; nada más y nada menos Lerma es hoy la tierra del secretario de Desarrollo Social, Eric Sevilla, a quien el mismo Agustín revivió políticamente en el 2012. En el 2006 González Cabrera fue candidato ganador del PRI con las mismas chapucerías que hoy reclama. Literalmente Agustín y el PT están inconformes con una derrota que tuvieron por “nocaut”, ni siquiera por decisión unánime o dividida. Como dirían en el boxeo: se cayó desde el séptimo round y quiere que le repitan la pelea.



*** Tras dos semanas de descanso y recarga de pilas esta columna y el que la escribe retoman sus actividades cotidianas. Gracias.


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