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Fortalezas y debilidades de los partidos hacia el 2023



Parte 2 de 3. Partido Revolucionario Institucional (PRI)


POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA

En sentido estricto, el PRI nunca ha perdido una elección en el Estado de México desde 1929, cuando fue fundado el PNR. De manera específica, el PRI mexiquense no ha sido derrotado desde que, en 1942, don Isidro Fabela Alfaro asumió la conducción del gobierno, por el asesinato del mandatario en funciones. Fue enviado por el presidente, Manuel Ávila Camacho, como gobernador interino; violó la constitución local, desaforaron a los diputados locales que se oponían a su continuidad y se quedó a concluir el periodo como gobernador.


El reconocido diplomático Fabela instauró los gobiernos civiles, desplazando a los militares que controlaban el gobierno de la entidad. Fue él quien extendió el acta de nacimiento del llamado “Grupo Atlacomulco”. Desde entonces, el PRI ha sido un instrumento para mantener el control político local, con capacidad para influir en el orden nacional.


Todos los presidentes del país han respetado a la clase política mexiquense; en ocasiones, han dependido de ella para dar estabilidad política al país.


El grupo dio rumbo al PRI nacional tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2000. Precisamente, fue Enrique Peña Nieto, en 2012, el que recuperó la titularidad de la presidencia de la República para el PRI.


Son buenos para la operación político-electoral. No se detienen por nada. La cosa es ganar con la ley o pasando por ella.


En 2017, se opusieron a una alianza entre el PAN y el PRD. Lo hicieron con maestría. Crearon al candidato del PRD que obtuvo un millón de votos. Con eso, el PRI sacó adelante la elección. Su habilidad para dividir a la oposición dio el triunfo a su candidato.


· En las elecciones de 2021, los priistas hicieron una coalición nunca vista; se unieron con el PAN y el PRD. Con esa decisión, el PRI ganó 51 municipios, entre ellos Tlalnepantla y Toluca.


· Para las elecciones de 2023, tienen bajo control el sur y el norte de la entidad, donde se ubican secciones que facilitan la manipulación electoral.


· Van a contar con el apoyo de los medios de comunicación de cobertura nacional, por el rechazo hacia el presidente de la República.


· De igual manera, tendrán el apoyo de periodistas y analistas enfrentados con la 4T que, sistemáticamente, van a desgastar a la candidata morenista.


· Una acción determinante para el posible triunfo priista será el Programa de las “Tarjetas Rosas”. Suma más de medio millón de mujeres beneficiadas que, en una buena parte, son líderes comunitarias.


Sin embargo, para el proceso venidero también enfrentan serias debilidades:


· No tienen en su favor la presidencia de la República, como sucedió en 2017.


· Es creciente el desprestigio del partido, por la actuación de su dirigente nacional.


· Son directamente afectados por los hechos de corrupción política que van surgiendo en el escenario nacional; como es el caso de las detenciones por las investigaciones ligadas a la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.


· La otra disyuntiva importante es que sus gobiernos municipales no han marcado una diferencia para conservar el ánimo del elector. No hay nada digno de presumir. Una evaluación sería suficiente para dar cuenta de esta realidad.


· No se percibe la existencia de consenso al interior de grupo. El riesgo es que la candidata designada provoque una fuga de militantes y simpatizantes hacia MORENA.


· Del conjunto, el problema mayor para el PRI es el hartazgo social.


Todo esto es un peligro, porque no existe estrategia electoral capaz de modificar una tendencia, cuando la encabezan los ciudadanos, en su calidad de electores.

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