Ana Lilia Herrera, preguntas obligadas que ameritan respuestas.
¿Qué hará si se confirma que ella no será la candidata del PRI?
¿Herrera Anzaldo se negará o le levantará la mano a Del Moral?
Juan Zepeda por más que se tiña de naranja sigue siendo amarillo.
Pepe Pepenas y su dote de “convertir un chapulín en tucán”.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
Son varias las preguntas que valdría la pena hacerle desde este momento a la diputada federal del PRI y aspirante a la gubernatura mexiquense, Ana Lilia Herrera Anzaldo:
PRIMERA: ¿Qué hará cuando le confirmen –porque ya tiene claros indicios- que no será la candidata del PRI a la gubernatura del Estado de México en el 2023?
SEGUNDA: ¿Qué les dirá a esos valientes mexiquenses que –afirmado por ella misma- “pusieron manos a la obra para defender su estado, su casa y su futuro”, invirtiendo varios millones de pesos en una campaña publicitaria con las frases de: “Ni me rajo, ni me bajo”, “Ana Lilia sigue…” o “Ana Lilia eres tú, defiéndenos…”?
Según varios de esos “colaborativos ciudadanos”, horas antes de que iniciará la estrategia de difusión del Quinto Informe del gobernador, Alfredo del Mazo Maza (el pasado 5 de septiembre), Herrera Anzaldo les pidió que bajaran los anuncios espectaculares y las pancartas que se desplegaron a su favor para no incomodar al jefe político del Estado de México.
TERCERA: ¿Qué explicación les dará a esos mexiquenses sobre los que ya generó percepción real de que ella es una de las aspirantes más competitivas, no sólo de su partido, sino de todo el abanico, incluyendo de la posible alianza PRI-PAN-PRD?
Ana Lilia ya permeó en el electorado con una actitud frontal y lo menos que se puede esperar de ella es una auténtica lucha feroz y a mayor escala por la candidatura en el PRI, salvo que bajo consentimiento suyo y de quienes la impulsan esté en el enjuague de la simulación para terminar legitimando y levantándole la mano a la Secretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral Vela, con el fantástico argumento de “disciplina y unidad partidaria”
CUARTA Y QUINTA: ¿De ser lo anterior, en qué reducto de inmunidad veremos en el 2024 a Herrera Anzaldo?, ¿en una senaduría o en una diputación local o federal plurinominal o de mayoría?
Contrario al esquema de posicionamiento que hoy vemos en las calles y medios de comunicación, donde nos presentan a una Ana Lilia fuerte, decidida, con trayectoria y políticamente indomable, sería una gran decepción que a la hora del anuncio y la definición tomara una postura como la de su “voto en abstención” -la semana pasada- frente a la reforma estructural de la Guardia Nacional.
Públicamente Herrera Anzaldo ya no puede ser tibia ni gris. Su respuesta debe ser en extremo, fría o caliente, blanca o negra. Se juega su última carta de aspiración a la gubernatura y tan lo sabe, que tiene opciones más allá de su partido, empezando por Movimiento Ciudadano y una eventual alianza con panistas y perredistas… ahí se verá si en realidad Ana Lilia “no se baja ni se raja”, porque en una de esas hasta se la compran los propios priistas que se le unirían de facto. ¡Sólo depende de ella!
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Esa de Joan Sebastian: “Tatuajes”…
A propósito. Por más que hace el esfuerzo o hace creer que le pone ganas, nada más no despega la estrategia de Movimiento Ciudadano en el Estado de México. El pasado 4 de septiembre cumplió un año en la dirigencia de la entidad el senador, Juan Zepeda Hernández, y los números de MC rumbo a las elecciones de gobernador del 2023 están por debajo de los dos dígitos, aunque algunas encuestas lo ponen por arriba de los 10 puntos porcentuales con determinadas y forzadas coyunturas. Una de las razones del lento posicionamiento del partido naranja sigue siendo que Juan Zepeda no puede sacudirse su pasado inmediato como perredista, pues toda su estrategia estructural, de imagen y difusión se mantienen ligadas a lo que hizo en Nezahualcóyotl, como alcalde, diputado y líder social, así como por su candidatura a gobernador en el 2017 y su proyecto del 2018 que lo catapultó al Senado de la República. Lo dicho: “Juanito Rockero” trae estampado al Sol Azteca de pies a cabeza y quitárselo le puede salir más costoso que a Christian Nodal con los tatuajes de Belinda. Es decir, por más que Zepeda se eche tinta naranja, la mayoría lo conocen por amarillo.
Se reciclan chapulines…
Un importante sector de la política mexiquense analiza con seriedad hacer una “coperacha” para comprar marcos y contratar un pintor que le serán donados al líder del Partido Verde Ecologista en el Estado de México, José Alberto Couttolen Buentello. El objetivo, dicen, es que el PVEM tenga sus propios cuadros. Y es que en las últimas horas el tucán mayor justificó por qué lo conocen con el mote de “Pepe-Pepenas”, al anunciar la adhesión a sus filas de Mario Montiel Castañeda, ex regidor de Toluca. Así es, este personaje que ha laborado durante dos décadas ininterrumpidas en el ayuntamiento de Toluca -lo mismo con gobiernos panistas, priistas y hasta morenistas- ahora defenderá las “honorables causas” del Verde. Sería interesante preguntar ¿por qué Montiel Castañeda se ha incrustado y ha encajado en las administraciones de varios colores en la ciudad?, por lo que sólo basta responder que ha sido uno de los más astutos mercaderes y endulzantes de oído de los últimos siete alcaldes, sobre todo en el manejo de las licencias de funcionamiento para negocios, empresas y por supuesto, el “ordenamiento del comercio ambulante”. Lo dicho, José Alberto Couttolenc ha edificado al Partido Verde desde el cascajo y resentimiento emanado de otros partidos políticos; aunque en realidad se le debe reconocer su labor ambientalista, porque es capaz de reducir, reutilizar y reciclar a todo ente político; bueno, hasta de convertir un “chapulín en tucán”.
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