POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Con todo respeto para “los Polivoces”, ellos eran divertidos y estos no, Joaquín López Dóriga les puso un adjetivo que deja fuera de dudas lo que pasa al PAN y a su dirigencia: fue una pendejada. Del coahuilazo ninguno de ellos se libra, aunque quiera. Fue nota matona. ¡Ya me imagino a Palillo Martínez con ese tema en la carpa! Los chamaquearon, se burlaron de ellos y, como dijo don Teofilito, los seguirán chamaqueando.
En algún momento del sexenio del presidente Peña, el dirigente nacional del PAN firmó un acuerdo donde el compromiso era no ir en alianza electoral en el Estado de México. Como testigo de honor estuvo el secretario de Gobernación federal. A cambio, el PRI apoyaría una iniciativa del presidente Calderón y ¿qué pasó? nada, el PAN no hizo ninguna alianza en las elecciones estatales, pero los otros no cumplieron.
Luego, otro dirigente nacional, en las elecciones de 2017 en el Estado de México e iniciado el proceso federal de 2018, dijo que el presidente Peña ya estaba de acuerdo en quitar el apoyo al candidato presidencial del PRI, para jugársela con él. ¿Ya saben quién es? Pues sí, Riki Rikin que ahora pinta para ser senador de la república por la vía plurinominal con lo que regresaría al país, luego de vivir en los Estados Unidos por supuestas acusaciones de corrupción, pero que él afirma es una persecución política como también sostienen: Cabeza de Vaca y los líderes panistas señalados de dirigir al cártel inmobiliario.
En el Estado de México, en una de esas elecciones donde Adrián Juárez pretendía ser presidente municipal de Tlalnepantla de Baz, el conserje del partido, porque el dueño vivía en la casa de enfrente, pactaron una alianza con el PT, ¿con qué sentido? Nadie lo supo, lo único cierto fue que los panistas tuvieron que ceder una regiduría como prestación de ese acuerdo. Acto seguido, en una elección interna se fueron a una encuesta. Uno de los derrotados hizo campaña pidiendo a los panistas ¡votar por el candidato del PRI! ¿qué ganaron? Pues nada, solo la satisfacción que el candidato y el PAN perdieran la elección y mayor base social. El activo aspirante derrotado en el proceso interno se quedó con la sindicatura. Su peso político, disciplina y lealtad al partido bien lo valía.
En las elecciones de 2021, se formó la coalición PRI-PAN-PRD, nuevamente Adrián Juárez peleo la candidatura y nuevamente la perdió, pero esta vez fue en la mesa. Los nuevos dueños del partido no apoyaron sus aspiraciones. Mal rollo, porque ahora sí iba a ganar. ¿La opción fue otro panista? Nooo, el designado fue un priista. ¿Y quién creen que le dio la victoria? Exacto, el PAN. Fue la militancia y simpatizantes del partido los que decidieron la elección. Ahí están los números.
Y ¿pasó? pues otra vez solo fueron convocados a la campaña, pero a la fiesta no los dejaron entrar. Los pocos colados fueron corridos de las mesas que ocuparon. Les aplicaron el comes y te vas de Vicente Fox. De todos los funcionarios de alto nivel en la administración municipal no hay ningún panista ni pa´ remedio. Al menos para decir que los acuerdos de la coalición se cumplieron. El colmo es que ninguno de sus regidores y el síndico protestan en las sesiones de cabildo.
El dirigente municipal del partido está peor, aparece sonriente en la multitudinaria fiesta de cumpleaños del personaje que llevaron a la presidencia, pero los corrió. El colmo es que se quiere reelegir, ser nuevamente el candidato a presidente municipal ¡con el apoyo del PAN!
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