POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Mi querido amigo Fede, entiendo tu pregunta, aunque me parece más una inquietud propia del café que acostumbramos beber. Mira, en las elecciones de 2017 por la gubernatura del Estado de México, el candidato de la coalición PRI-PVEM-PES y NA pidió, en un debate trasmitido en el programa “Despierta” de televisa, conducido por el periodista Carlos Loret de Mola, que no viniera Andrés Manuel López Obrador, entonces dirigente nacional de Morena. Exhortaba a sus competidores, en especial a la maestra Delfina, que fueran los candidatos los que hicieran campaña y no los dirigentes de los partidos; incluso se comprometió a que no viniera el dirigente del PRI, Enrique Ochoa.
Algo así debe hacer la candidata de la coalición PAN-PRI-PRD-NA, pedir que ya no venga al Estado de México el dirigente, pero ¡de su partido! ¿Cómo es posible que un político tan desprestigiado venga a la entidad a levantarle la mano a la candidata? ¿será que le ayuda? Es un impacto totalmente negativo. Imagínate ayer, en el cierre de la precampaña de la esforzada candidata, el tal Alito se llevó la plaza. ¡No me defiendas compadre!
Alguien tiene que decirle al primer priista del país que lo necesitan en Coahuila o que lo anda buscando la gobernadora Layda o que Osorio Chong le dijo que es un cacique del partido. Algo tiene que suceder, para que ¡ya no venga para acá! De paso, agradecerle el apoyo de los exgobernadores que mandó como operadores de la coalición priista, ¡Imagínate nada más, un exgobernador de Tamaulipas! Que los regrese a donde estaban antes que el juez Brian Cogan los ubique.
Otro detalle que debe cuidar el equipo de estrategia de la candidata tricolor y aliados. En el debate citado, el candidato Del Mazo dijo que el proyecto más importante del Estado de México era la construcción del aeropuerto en Texcoco, que era una fuente generadora de empleos que la candidata Delfina y su líder López Obrador querían cancelar. Además, que los mercados ya lo sabían y que eso iba a devaluar la moneda.
Y ¡sas! Que pierden la presidencia del país en el 2018 frente a Morena. El presidente canceló esa obra por ser un monumento de corrupción, que dañaba la ecología de la zona oriente y que afectaba uno de los humedales más importantes del centro del país. Precisamente, Texcoco fue uno de los lagos que dieron vida al dominio mexica en la época prehispánica y su señorío formó parte de la triple alianza, que venció al señorío de Azcapotzalco.
Adicionalmente, los mercados no se cayeron, no castigaron a México ni nada de eso. Ahora el peso es una de las monedas más fuertes de las economías del posneoliberalismo. Sobre todo, que México forma parte de la nueva realidad geopolítica, donde su liderazgo es efecto sustantivo de una actuante política exterior mexicana.
Una última recomendación, no digan, como en junio de 2022, donde perdieron cuatro de seis gubernaturas y pregonaban que ¡ganaron! Luego de la precampaña, ninguna encuesta presenta un escenario de victoria para la coalición priista. La percepción es que van perdiendo. Si esa tendencia crece en las próximas semanas, ya no habrá nada que hacer.
A los de logística, no está demás comentarles que dejen los escenarios de la campaña del candidato a gobernador y luego presidente del país, Enrique Peña. Ya no son esos tiempos, ahora reman contra corriente, dejen que su candidata arrime el cuerpo al toro, los novilleros lo hacen para luego ser toreros; dejen que los mortales la toquen, precisamente, que sea valiente. Y dejen el dron, no sirve de nada.
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