Alfonso Navarrete genera “tensa calma” en el PRI rumbo al 2023.
Ex procurador de Justicia cuenta con el respaldo de ex presidentes.
Ocuilan nuevamente en un escenario de la ingobernabilidad.
Maurilio Hernández y Elías Rescala, los “pobres diputados locales”.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
En las huestes priistas ha emergido lo que en el argot periodístico se conoce como “una tensa calma”.
Resulta que el nombre de Alfonso Navarrete Prida ha puesto nervioso a más de uno en el tricolor, sobre todo a la dirigencia del partido que en teoría ya había dado la instrucción de orden, disciplina y “no más destapados”.
No es ninguna broma cuando se dice que el ex procurador de Justicia del Estado de México y ex diputado federal (en su tiempo presidente de la Comisión de Presupuesto de San Lázaro) está rehaciendo acuerdos políticos para ser tomado en cuenta de cara a las elecciones de gobernador del 2023, concretamente por la candidatura tricolor.
Aunque es un hecho que bajo las nuevas reglas y tiempos adelantados Navarrete Prida va desfasado, lo cierto es que a diferencia de los ya destapados aspirantes tricolores (Alejandra del Moral Vela, Ana Lilia Herrera Anzaldo y Ricardo Aguilar Castillo) Alfonso es uno de los pocos cuadros que encaja en la estricta disciplina y formas del priismo que se niega a perecer en el Estado de México.
Forma es fondo; digamos que si el que manda y define en el partido y el gobierno del estado se inclina por Alfonso Navarrete es para no perder en el 2023, más si tomas en cuenta que detrás de Poncho Navarrete están verdaderos intereses políticos y económicos locales y nacionales, empezando por ex gobernadores y al menos dos ex presidentes de la República… uno copetón y otro sin cabello.
Será el sereno pero Alfonso Navarrete ya tiene inquietos a los priistas, a la dirigencia partidaria y a varios que despachan en Lerdo 300. Y eso que todavía no hace su reaparición pública.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Los intereses detrás de Wilfrido…
El desdén de las autoridades estatales, el menosprecio de los partidos políticos y un poco la impericia de la Fiscalía General de Justicia y del Poder Judicial del Estado de México frente un proceso penal, han llevado nuevamente al municipio de Ocuilan a un escenario de ingobernabilidad con riesgo de estallido social en las siguientes horas. Luego de que el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) resolviera que Wilfrido Pérez Segura no tienen elementos jurídicos para asumir la presidencia municipal por suplencia, dado que el propietario Emilio Arriaga se encuentra preso y acusado por la presunta comisión de un delito, en las últimas horas ciudadanos ocuilenses se movilizaron, protestaron y tomaron la presidencia municipal para exigir que Pérez Segura sea declarado alcalde y Lucía Rivera (segunda regidora) deje de ocupar la presidencia por ministerio de ley. Para este jueves se tiene programada otra manifestación de habitantes para demandar que Wilfrido Pérez tome la oficina presidencial, pero la ley no se lo permite y eso es lo que no aceptan los pobladores que apoyan al suplente. Quizá si Pérez Segura se armara de mejores asesores y operadores políticos otro gallo le cantaría, pero mientras detrás de él estén figuras como Vicente Rivera Fuentes (ex alcalde), David Orihuela (ex candidato morenista), Jesús Acosta y Rodrigo Vázquez, este último operador de la obra pública municipal en los cinco últimos trienios, Wilfrido seguirá siendo un mero “muñeco de peluche” de los verdaderos intereses que mueven la política y el gobierno en este municipio.
Político pobre es un pobre político…
Recientemente el portal Marcaje Legislativo publicó el trabajo titulado: “Contrasta Riqueza de los diputados mexiquenses”, labor realizada a partir de la revisión de los datos de la Plataforma Digital Estatal del Sistema Estatal Anticorrupción, donde afloran las mentiras y/u ocultamiento de bienes por parte de los legisladores. Llama la atención los casos de los coordinadores parlamentarios de Morena, Maurilio Hernández González y del PRI, Elías Rescala Jiménez, quienes han reportado oficialmente que no tienen bienes muebles e inmuebles, ni automóviles, es decir, no tienen casa propia y ruedas en qué moverse, o lo que es igual, rentan un techo y los vehículos que utilizan son del erario. O sea, si les creemos, Maurilio y Elías son malos administradores y dependen del servicio público, o si están mintiendo ocultan su verdadera riqueza a través de familiares o prestanombres. ¿Usted que opina amable lector?
Comments