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'Gante' El nombre de una calle




POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA

 

¡Nos vemos en Gante! ¡eso está por la calle de Gante! ¡en el centro, en la calle de Gante! ¿y quién fue Gante para que una calle del Centro Histórico de la Ciudad de México lleve su nombre? Pues bien, se llamaba fray Peter van der Moere, a su llegada al virreinato de la Nueva España lo conocieron como fray Pedro de Gante, un franciscano que hablaba poco español. Teniendo manera de hacerlo, jamás regresó a Flandes, su patria. El 13 de agosto de 1523, junto a Johann van der Auwera (Juan de Aora) y Johann Deckers (Juan de Tecto) arribaron a San Juan de Ulúa, Veracruz. Los tres fueron hospedados en los palacios del rey Netzahualpilli.

 

Fray Pedro de Gante (1479-1572) no era sacerdote, únicamente era un maestro, servía a la comunidad como un hermano lego. Recibió una educación cortesana; es decir, estuvo ligado al servicio de la corona y tuvo relación con fray Juan Glapión, confesor del rey Carlos V, y con Adriano de Utrech, maestro del emperador y regente de Castilla, mismo que después sería nombrado papa. Estudio en la universidad de Lovaina (Bélgica) una de las más antiguas del mundo.

 

Sobre su parentesco con la realeza se dice que era familiar del rey Carlos V y de su hijo, Felipe II. José Manuel Villalpando ha expresado que, probablemente, era hijo natural del emperador Maximiliano del Sacro Imperio Romano Germánico; es decir, medio hermano de Felipe el Hermoso, por lo tanto, tío del rey Carlos V”. Para el investigador francés, Jacques Lafaye: “fray Pedro de Gante era medio hermano del rey Carlos V. Por la mano derecha o por la izquierda, era hijo ilegítimo de Felipe “el Hermoso”, por consiguiente hermano del rey”. El padre Francisco Morales, experto en el tema de la orden de San Francisco, se ha limitado a decir que fray Pedro de Gante era pariente del rey Carlos V.

 

Por este vínculo directo con el emperador y su círculo cercano, “llama la atención que un fraile como Pedro de Gante, sin ser sacerdote, tuviera más crédito que el arzobispo Alonso de Montufar que lamentaba, según lo narra Gerónimo de Mendieta, yo no soy arzobispo de México sino fray Pedro de Gante”. Es decir, en su momento, Gante era un personaje querido, humano e influyente, sin que esto afectara su relación con los demás o sus tareas de evangelización y cercanía con los indígenas.

 

Durante su residencia en Texcoco, fray Pedro de Gante aprendió sus primeras palabras en náhuatl hasta dominar la lengua para enseñar el padre nuestro, el ave maría e impartir el catecismo. Fue el primer maestro de música de los naturales y construyó los primeros órganos para los coros. Junto a Juan de Aora y Juan de Tecto, fundaron la escuela de San Antonio de Padua, donde recibieron educación los miembros de la élite indígena.

 

En 1526, Gante construyó la capilla de San José de los Naturales, vinculada al predio de la iglesia de San Francisco. Ahí mismo fundó la escuela de San José de los Naturales. Para 1530, tenía más de 500 estudiantes que aprendían lectura, escritura, pintura, canto y predicación; además de los oficios de cantería, carpintería, sastres, zapateros y herreros. Pintaban con habilidad, al grado que ahí se hacían las imágenes y retablos para todos los templos. En sus cartas dirigidas al rey y a la comunidad franciscana, el fraile siempre manifestó su enérgica defensa de los indígenas.

 

El 13 agosto de 2023, se conmemoraron 500 años de la llegada de los tres primeros franciscanos a Nueva España: Gante, Tecto y Aora.

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