Engañosa e inservible. Morena y PRI atizan a la estrategia “carroñera”.
La pepena política afecta más a Delfina Gómez y su discurso del cambio.
Higinio Martínez, el principal orquestador de la “praxis chapulinera”.
Víctor Legorreta bajo la lupa; estaría detrás de la guerra sucia electoral.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
En los tiempos actuales no hay estrategia más engañosa e inútil que la adhesión de actores y supuestos liderazgos que saltan de un partido político a otro, es decir, esos que renuncian a una militancia para adherirse a una diferente. La acción “chapulinera” ya no tiene el impacto mediático ni los mismos efectos electoreros como hace años. Hoy más que nunca es una vil práctica carroñera.
En los últimos días hemos sido testigos de cómo Morena y el PRI se pelean como auténticas hienas en medio del deshuesadero que representan Movimiento Ciudadano, que decidió no contender por la gubernatura y el PRD, que no es más que el eslabón más débil de la alianza ‘Va por el Edomex’ con Alejandra del Moral Vela de candidata.
Hace unos días el Revolucionario Institucional y Del Moral Vela dieron la bienvenida a ex operadores y ex representantes políticos de Morena y Partido Verde, de tal importancia que ni vale la pena recordarlos porque fueron diputados hace 20 años o regidores hace cuatro trienios.
Por el lado de Morena, el fin de semana se concretó lo que anticipamos desde hace dos meses en este espacio: la desbandada de lo que queda del reumático PRD, partido que ya tiene más dirigentes que militantes.
Cristian Campuzano, quien hizo todo un mitote legal e infructuoso por la dirigencia del Sol Azteca, se quitó el chaleco amarillo y se puso el color guinda. Campuzano dijo que junto con él se sumaron varios regidores, ex alcaldes, ex diputados y un sinfín de liderazgos que –curiosamente- nunca fueron reconocidos hasta hoy que abandonan las filas perredistas.
Los que quizá sí hayan movido un poco el escenario a favor de Morena son los perredistas del sur mexiquense, quienes comandados por el presidente municipal de Tlatlaya, Crisóforo Hernández Mena y otros ex ediles de Luvianos y Amatepec, representan un sector político diferente en toda la extensión de la palabra y que han brincado del PRD a la 4T. Todos lo saben, en la abandonada región sureña juegan otros factores con quienes simplemente los partidos y sus candidatos se tienen que acoplar; allá en Tierra Caliente no manda ninguna autoridad federal, estatal o municipal, por el contrario, los tres niveles están sumisos y temerosos frente al verdadero poder fáctico.
Es así que debemos dimensionar lo que representan las llamadas desbandadas de la clase política mexiquense. En Morena aseguran que al PRD le robaron onzas de oro; el PRI sostiene que ha debilitado a las estructuras morenistas. Lo cierto es que ni uno ni otro tiene razón; ambos exageran y minimizan según si se les van militantes o les llega cascajo de otros partidos.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
La pepena no cuadra con el discurso del cambio…
Sin duda a quienes menos beneficia la estrategia de “pepena política” son Morena y su candidata a gobernadora, Delfina Gómez Álvarez. Sumar adeptos no necesariamente significa romper estructuras del adversario y, por el contrario, sí es una acción desesperada que debilita cualquier discurso triunfalista. Si la Cuarta Transformación y Delfina confían en que le llevan casi 20 puntos de ventaja a la coalición PRI-PAN-PRD-Nueva Alianza y la candidata Alejandra del Moral, ¿Cómo por qué necesitan refuerzos de esos partidos a los que combaten?, peor aún, si Morena pretende seguir dándole cuerda a las desbandadas sería bueno decirle a Delfina Gómez que cambie su discurso sobre el CAMBIO en la forma de gobernar, porque en la realidad y en caso de ganar el 4 de junio todo quedará en un intento de hacer algo diferente pero con los mismos de siempre, sí, esos que hoy buscan refugio en lo que consideran el proyecto ganador.
Higinio y el GAP, el retrete de la 4T…
Por cierto. Habrá que enfatizar que todas las adhesiones públicas para Morena y a favor de Delfina Gómez Álvarez tienen un común denominador: Higinio Martínez Miranda. Todo apunta que con esa táctica carroñera el senador con licencia y líder del Grupo de Acción Política (GAP) busca reforzar su protagonismo y notoriedad al interior de la 4T, condiciones que están en riesgo conforme se acerca el 4 de junio y toma forma el virtual triunfo de la maestra Gómez Álvarez. En los cuartos de guerra de Morena ven con amplia preocupación que Higinio y compañía la sigan haciendo de retrete por donde, lejos de depurar al movimiento izquierdista, se está incrustando lo peor de la política mexiquense.
Lo que bien se aprende…
En los siguientes días y previo al debate entre las candidatas a la gubernatura, Delfina Gómez y Alejandra del Moral se espera una tempestad de lodo entre los equipos de la alianza ‘Juntos Hacemos Historia’ y la coalición ‘Va por el Edoméx’. Al parecer en los bunkers de las aspirantes ya están preparados para los embates, pero llama la atención que en las últimas horas haya sonado el nombre de Víctor Legorreta Vargas como el posible encargado de una guerra sucia contra la candidata Delfina Gómez Álvarez. Raro, porque el sujeto mencionado es actualmente el secretario particular del alcalde de Metepec, Fernando Flores Fernández. ¿A poco Legorreta Vargas tendrá tanta malicia y recursos para emprender una acción de ese tamaño?, dicen que es buen muchacho y que ya se le olvidaron las mañas aprendió con Isidro Pastor Medrano cuando estaban en la dirigencia estatal del PRI hace casi 20 años. Sería bueno confirmar si Víctor Legorreta logró abrir esas dos cuentas bancarias que apresuraba la semana pasada.
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