¿Amenazas creíbles del PRD en el Edoméx?
Por: Efrén Ortiz Alvarez
Hace un par de semanas trascendió que la dirigencia del PRD pensaría competir con candidato propio en la elección del 2023 para renovar la gubernatura del Estado de México, lo que hizo tambalear el futuro de la coalición “Va por México” que desde 2021 reunió a los históricamente antagónicos PAN, PRI y PRD, en aras de consolidar una fuerza verdaderamente competitiva y hacer frente a la neófita hegemonía electoral de Morena.
Algunas voces señalaron que este tipo de pronunciamientos no tenían otro propósito más que el de encarecer la marca de este partido político en el marco de las negociaciones para firmar un convenio de coalición; sin embargo, los resultados que arrojó la elección extraordinaria de Atlautla irrumpieron como una suerte de aviso y demostraron que el partido del sol azteca es capaz de cosechar resultados interesantes por sí mismo.
A juicio de este redactor, las declaraciones vertidas por la dirigencia del PRD no resultan meras especulaciones. Recordemos que hasta antes del 2021, este partido político solía competir en elecciones con candidatos propios, o bien, en coaliciones con partidos con menor arrastre, y un fenómeno común de las coaliciones es que el partido mayoritario se convierte en una especie de centro gravitatorio que recoge la mayoría de las expresiones del electorado. Solo hay que ver el hecho de que, históricamente, los partidos minoritarios obtienen mucho mejores resultados compitiendo solos que en coalición.
Esta merma de resultados en los partidos minoritarios suele compensarse en la etapa post-electoral, concretamente, mediante la apertura de espacios dentro de la administración pública; es ahí donde la coalición electoral transita de alguna manera hacia una coalición de gobierno, permitiendo a los partidos minoritarios seguir posicionándose entre la ciudadanía con el trabajo de sus servidores públicos.
Sin embargo, lo que ha sucedido con la alianza “Va por México”, es que esta coalición se ha mantenido en la mayoría de los casos como puramente electoral, y en ese sentido, los costos que tiene que pagar el partido minoritario —entiéndase el PRD— no son compensados de ninguna forma.
El asunto se torna más sensible cuando se piensa a futuro, pues de mantener esta tendencia, los resultados del PRD podrían desplomarse al grado de comprometer su registro como partido político. Dicho lo anterior, suena lógico que la dirigencia del PRD se encuentra valorando seriamente todas sus cartas, pues una mala estrategia podría borrar del mapa a este emblemático partido de izquierda fundado hace más de 30 años. Usted Juzgue.
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