“Pacto por la Integridad Electoral’, llamado a misa para los actores políticos.
Firma de un acuerdo sobre la ley electoral es innecesario, burdo y risible.
Alfredo del Mazo da visos de que no será el coordinador de campaña del PRI.
Morena y su “Talón de Aquiles” en el IEEM; la defensa electoral es endeble.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
Este jueves se firmó el ‘Acuerdo por la Integridad Electoral’, por medio del cual las autoridades electorales, el gobierno mexiquense y los ocho partidos políticos con registro en la entidad (PRI, PAN, PRD, MORENA, PT, PVEM, MC y Nueva Alianza) se comprometieron a respetar el proceso por el que se renovará la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado de México el próximo 4 de junio.
No está mal como buena intención. Pero resulta irónico, innecesario y hasta oneroso el hecho de que se tenga que signar un documento para recordarle a las autoridades y actores políticos el cumplimiento de su deber. Las leyes son claras, previstas, impulsadas y aprobadas por los mismos actores del juego democrático desde la función o representación pública.
Si fueran leales, transparentes, objetivos y obedientes de la normatividad, no habría necesidad de ningún pacto, acuerdo, plan o requerimiento para reiterarles las obligaciones e impedimentos a los que están sujetos partidos, candidatos y gobiernos.
En fin, este documento es uno más de los “llamados a misa” dentro de la contienda electoral, donde el discurso es mero maquillaje para la realidad que impera en las calles, cuartos de guerra y eventos públicos de partidos y aspirantes. La guerra sucia, las omisiones y complacencias del árbitro electoral y la intervención de las autoridades –de todos los niveles- en la compra y coacción del voto es lo que impera en los procesos electorales, la democracia es mero tapete de la sanguinaria disputa.
Según los impulsores de este “Flamante Acuerdo por la Integridad Electoral” son 13 los puntos a cumplir donde destaca –entre otras cosas- el compromiso de que los árbitros de la democracia, las autoridades civiles y los actores políticos se ajustarán a las leyes electorales; celebrarán un proceso pacífico y transparente; respetarán el voto ciudadano; evitarán el uso de recursos públicos o programas sociales para coaccionar el sufragio; omitirán la violencia y la confrontación durante las campañas; y mitigarán las agresiones políticas en razón de género.
Este evento estuvo encabezado por el gobernador, Alfredo del Mazo Maza; el presidente del INE, Lorenzo Córdova; y el magistrado presidente de la Sala Superior del Tribunal federal Electoral, Reyes Rodríguez Mondragón.
Lo dicho. ¿Por qué firmar un pacto cuando en teoría se tiene una ley robusta y suficiente para imponer las reglas del juego y sancionar a quienes no las cumplan? Queda claro que este tipo de eventos solamente son para la foto y es –en extremo- algo así como una licencia para violar la ley. No tiene que haber un mandato sobre lo que ya está estipulado. La ley se cumple, lo demás es mera parafernalia.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Lavatorio de manos…
Por cierto. Si los priistas escucharon y analizaron el discurso del gobernador Alfredo del Mazo Maza, les debe quedar claro que la firma del acuerdo electoral fue algo así como “un lavatorio de manos” para el mandatario priista. Del Mazo fue enfático en su mensaje: “Con pleno respeto al proceso electoral, nos comprometemos a atender con apertura a las instituciones electorales, organizaciones ciudadanas y partidos políticos y a generar las condiciones de gobernabilidad y estabilidad que den certeza a la voluntad ciudadana”. No sé por qué, pero aun cuando este discurso lo emiten cada seis años los gobernadores en turno, esta vez hay claros avisos de qué Del Mazo Maza no quiere ni pretende ser en lo más mínimo el coordinador de campaña del tricolor. Todo parece indicar que ya se hizo a un lado.
Pisotean la autonomía del árbitro electoral…
A propósito. Furor, inquietud y descontento causó el hecho de que el equipo de seguridad del gobierno del Estado de México haya tomado el control absoluto de toda la periferia del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) en el marco de la firma del “Acuerdo por la Integridad Electoral”, pisoteando el principio de autonomía del árbitro de la democracia. Lo sucedido no tendría ningún problema si no fuera porque para este 2023 el IEEM gastará casi 700 mil pesos mensuales en contratación de los servicios de seguridad. Luego entonces: ¿Dónde diablos queda la responsabilidad de la empresa “Factor de Riesgo” para atender el orden y la seguridad del IEEM y de los eventos que en este organismo se realicen? Por muy magnos que resulten, el consorcio privado tiene la capacidad para eso y más… ¿o no?
La culpa no es del indio…
Si Delfina Gómez Álvarez y Morena quieren amarrar el triunfo que hasta ahora le dan las encuestas, no deben descuidar uno solo de los espacios donde se disputa la guerra electoral. Tampoco deben dejarle al PRI y a sus aliados una sola oportunidad de ataque sobre la precandidata. Los verdaderos estrategas electorales saben que las elecciones se ganan en tres frentes de batalla: la calle, las urnas y la mesa. Es precisamente en el último espacio donde Morena y Delfina parecen tener su “Talón de Aquiles” con Francisco Vázquez como representante de la Cuarta Transformación ante el Instituto Electoral del Estado de México. No es un asunto menor y algo deben hacer los liderazgos de Morena porque Francisco Vázquez fue vapuleado en el primer round de la contienda en el Consejo General del IEEM; las hienas del PRI, PAN y Nueva Alianza amenazan con tragarse vivo a Paco Vázquez quien -en realidad- no tiene la culpa porque no es su tema la defensa electoral; incluso se le nota incómodo en las sesiones al representante de la 4T, esa chamba no es para él. Morena y Delfina necesitan a un verdadero ariete que defienda y ataque, Paco Vázquez no es el indicado.
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