¡OPINIÓN! LETRAS DE JUAN GABRIEL
- Redacción: La Noticia Es
- 3 jul
- 4 Min. de lectura

La desaparición virtual de Andy López en medio de la presión internacional.
Borrar redes sociales ante escándalos que salpican al círculo cercano del poder.
¡El pobrecito! Ricardo Moreno niega tener salario de 300 mil pesos al mes.
Auditorías vuelven a sembrar el nerviosismo en la Oficialía Mayor de ‘Trini’.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
Hace unos días, la cuenta de X de Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”, se quedó en blanco. No hubo aviso, ni mensaje final: solo una cuenta verificada, sin publicaciones, sin respuestas y sin fotos. A simple vista, podría parecer una decisión personal. Pero su momento lo vuelve inevitablemente político.
El borrado coincide con una cadena de eventos sensibles: la firma de culpabilidad de Ovidio Guzmán en Estados Unidos; una investigación por 100 millones de pesos transferidos desde una empresa fachada del Cártel de Sinaloa a Vector Casa de Bolsa, relacionada con Alfonso Romo; y filtraciones de inteligencia militar que colocan al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, en una línea directa con Los Chapitos. Todo esto, mientras se confirma que el gobierno de Estados Unidos canceló la visa a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, sin explicación pública y en un contexto de presunta revisión a figuras clave de Morena en el norte del país.

No es la primera vez que una figura del entorno presidencial desaparece de redes en momentos críticos. En 2020, David León Romero —coordinador de Protección Civil y operador de confianza del presidente— eliminó todo su contenido tras la difusión de los videos donde entregaba dinero en efectivo a Pío López Obrador. En 2022, Jaime Bonilla, exgobernador de Baja California, también “limpió” sus perfiles cuando comenzaron a documentarse presuntos casos de corrupción y tráfico de influencias durante su mandato.
En ambos casos, el patrón fue claro: borrar antes de que empiecen a buscar. Es una práctica preventiva común en entornos de crisis: eliminar publicaciones, imágenes o interacciones que, bajo otro contexto, podrían adquirir un significado político o incluso judicial. No es censura voluntaria, es protección estratégica. Se trata de un blindaje digital.
Andy López no ha sido acusado formalmente de nada, pero está en el epicentro de la operación política de Morena. Su papel como intermediario con empresarios, operadores y estructuras electorales lo vuelve, por lo menos, sensible. Que haya borrado su historial justo ahora no puede interpretarse como un acto neutro; es, en el mejor de los casos, un intento de evitar interpretaciones; y en el peor, una forma de anticiparse a un embate que aún no conocemos.

Lo más inquietante es el telón de fondo internacional. En febrero de este año, el gobierno de Donald Trump clasificó a seis cárteles mexicanos —incluido el de Sinaloa— como organizaciones terroristas extranjeras, abriendo la puerta a sanciones, intervención extraterritorial y presiones diplomáticas de alto nivel. No es coincidencia: a la par de esas designaciones, han llegado bloqueos a bancos mexicanos, campañas mediáticas sostenidas y reportes filtrados que buscan retratar a México como un Estado infiltrado por el narco.
Y, hasta ahora, las pruebas no están a la altura del escándalo. Ni la DEA, ni el Tesoro, ni el Departamento de Estado han presentado evidencia concluyente. Pero la narrativa ya fue sembrada. Y sirve a múltiples intereses: desde renegociar condiciones en el T-MEC, hasta exigir mayores controles migratorios y una ofensiva más agresiva contra el tráfico de fentanilo.
No sabemos si Andy se anticipó a una filtración, a una investigación o simplemente quiso desaparecer del radar, pero su salida de escena virtual ocurre en el momento más delicado del tablero político y geopolítico. En ese silencio se esconde una señal: alguien ya está tomando precauciones… Y eso, por sí mismo, dice más que cualquier tuit.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN…
Ricky Ricón el “pobrecito”…

Menuda declaración hizo ayer miércoles el Presidente Municipal de Toluca, Ricardo Moreno Bastida, que sin inmutarse sostuvo que gana apenas 52 mil pesos quincenales como gobernante de la capital mexiquense, como respuesta a una publicación de la página digital ‘Todo en Contra’ que evidenció que Moreno Bastida percibe más de 150 mil pesos quincenales, es decir, 300 mil al mes. Un caso para Replay, porque con la candidez propia de un megalómano Ricardo quiere confrontar a una realidad que, terca, se impone. La arrogancia y frivolidad del Tres Veces Moreno se evidencia con ese séquito de camionetas y escoltas –expuestas en este espacio hace unos días- cuyas tropelías han tenido escenario en diferentes Plazas Comerciales y Restaurantes, para brindarle suficiente comodidad al edil oriundo del Oro de Hidalgo. “No tengo bonos, no tengo compensaciones extras y muchos gastos los cubro de mi bolsillo: la gasolina de mi coche, mi celular y hasta lo que se necesita para recibir a quien visita la presidencia”, respondió Ricardo a la publicación que le señala un salario muy superior al de la gobernadora, Delfina Gómez. Bueno, quizá el alcalde sí está pagando de su bolsa sus propios gastos en estos días, porque se sabe que el dueño de la administración y finanzas de Toluca, el veracruzano Alejandro Gutiérrez Luna no se ha aparecido en el ayuntamiento y tanto el presidente como los regidores ya andan preocupados, principalmente porque no se mueve un peso del gobierno municipal si no lo autoriza el “desaparecido jarocho”. El caso es que Ricardo Moreno puede emitir una y otra vez declaraciones sufridas o pendencieras; se puede crucificar o inmolar políticamente para –como dicen en mi pueblo- “hacerse el pobrecito”, pero a todas luces existe una realidad que no lo respalda.
Cayó la voladora…

Nuevamente cunde el nerviosismo en la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado de México. Sí, en la dependencia encargada del manejo del gasto público reina la incertidumbre y más ahora con la reciente auditoría que están haciendo en la oficina de Trinidad Franco Arpero. No es por ser mal pensado, pero cuando existen revisiones minuciosas a las finanzas es porque los números no cuadran.
Comentarios