¡OPINIÓN! LETRAS DE JUAN GABRIEL
- Redacción: La Noticia Es
- hace 7 días
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Le van a quitar a Higinio su último coto de poder en la Legislatura Edoméx.
Frenan reelección de Maurilio Hernández en la Mesa Directiva del Congreso.
Mala señal de poder la creación de la Oficina de Rectoría en la UAEMex.
Consejeras electorales vieron a periodista y salieron por la puerta de atrás.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
El poder estatal y su partido –entiéndase Morena- perfilan un nuevo acicate a su correligionario, el senador con licencia, Higinio Martínez Miranda. Al Doctor, a su grupo Mexiquenses de Corazón y concretamente a su ala de diputados mexiquenses los van a despojar de su último coto de poder en la Legislatura local: la presidencia de la Mesa Directiva, que actualmente está en manos de Maurilio Hernández González, uno de los más cercanos y fieles operadores de Higinio.
Hace unos días Maurilio se adelantó a decir que “había voces” entre los legisladores de la 4T que se pronunciaban por su reelección en este importante cargo en la Cámara de Diputados, es decir, que había pretensión de extenderle la encomienda al frente de la soberanía mexiquense.
Pero este martes el presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) y coordinador de los diputados locales de Morena, Francisco Vázquez Rodríguez enterró cualquier posibilidad para reelegir a Maurilio, su compañero de bancada.

Argumentos legales y políticos hay de sobra para no permitir que Higinio, por interpósita persona como lo es Maurilio, extienda su permanencia en tan importante puesto en el Congreso mexiquense.
Para empezar la Ley Orgánica del Poder Legislativo no contempla la figura de la reelección en la Mesa Directiva y por el contrario, la última reforma sobre este precepto (octubre del 2024) establece que tal cargo será renovado anualmente, por lo que a partir de 5 de septiembre tiene que haber nuevo presidente o nueva presidenta del pleno. Es más, Paco Vázquez ya adelantó que en aras de renovar el rostro y permitir el relevo generacional en la Legislatura, será UNA MUJER quien presida el pleno de la Cámara.
Estar al frente de la Mesa Directiva no es un cargo cualquiera. El diputado o la diputada local que la presida se convierte en automático en el representante legal del Poder Legislativo mexiquense, es decir, ostenta todo el peso jurídico del Congreso y sus 75 integrantes. Además, es quien convoca, conduce y decide la ruta de las sesiones ordinarias, extraordinarias o permanentes.
En casos extremos o en alguna coyuntura política, el presidente de la Mesa es un contrapeso al Poder Ejecutivo… nada más pregúntenles a los ex

gobernadores priistas como Arturo Montiel, Enrique Peña, Eruviel Ávila y Alfredo del Mazo, cuánto les costaba negociar con el PAN, PRD y Morena para no soltar este puesto de alta relevancia en la Legislatura mexiquense.
Así que a Maurilio le queda un mes en la encomienda y esta jugada de renovar la Mesa Directiva tendrá un doble efecto: primero, seguir ablandando al rijoso senador Higinio Martínez y, segundo, modular las lealtades legislativas que aun tiene Mexiquenses de Corazón, porque seguramente hay diputados locales que todavía no entienden ni aceptan que su ‘jefa política’ es la maestra Delfina Gómez.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
El Córdoba Montoya de la UAEMex…

En el primer gobierno de la 4T en el estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEmex) se aventó a crear la Oficina de Rectoría, lo cual regresa la memoria a la figura de una unidad similar, pero mucho más barata, de aquella Oficina de la Presidencia de la República de José Córdoba Montoya en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, uno de los más acérrimos enemigos de la izquierda mexicana. Bien, el muchachito Bernardo Almaraz Calderón, fiel a su genética priista de control y vigía desde las áreas torales del poder, se creó su propia oficina, una especie de vicerrectoría para mostrar que él será quien verdaderamente mandará en la Universidad. ¿Eso es perspectiva de género y transformación, dónde realmente las decisiones recaerán en un poder masculino identificado con el régimen priista? Ni la gobernadora Delfina Gómez Álvarez tiene una oficina con esas pretensiones, en el GEM no existe un vicegobernador como de facto existe un vicerrector en la UAEmex. Esto ya empieza a verse desde el gobierno estatal como una afrenta a la forma de ejercer el poder, porque es restregarle en las narices que en la UAEmex añoran los tiempos del salinato. Cuidado, porque Bernardo Almaraz está concentrando mucho poder que ya quisieran varios de la 4T; miren que manejar desde el sótano las finanzas del Instituto Electoral del Estado de México y ahora tener bajo su yugo la rectoría universitaria, ¡no cualquiera eh! La rectora Paty Zarza aún puede recomponer esta mala señal.
Al diablo con el diablo…

Por cierto. Este martes fui a comer con mi familia a un restaurante muy tranquilo, ubicado sobre la carretera México y Toluca, en Ocoyoacac. Un lugar sin pretensiones, lejos de miradas incómodas. En ese, como en otros lugares es común encontrar a personajes de la clase política o del servicio público, nada fuera de lo normal. Esta vez ahí estaban importantes funcionarias del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), consejeras para ser exactos. Hasta ahí, todo normal; tres funcionarias públicas comiendo juntas, ¿qué tendría eso de raro?... absolutamente nada. Lo raro empezó cuando me vieron y cambiaron el rostro; pusieron cara como si hubieran visto al diablo; ya no pidieron comida y ni su agua terminaron de tomar… antes de que pasaran quince minutos, se fueron y no por la puerta principal, sino por una salida trasera, como si quisieran evitar ser vistas. En el Estado de México la política siempre ha estado cargada de símbolos y de formas; aquí los gestos sí importan, los silencios pesan y las salidas por la puerta de atrás dicen más que un discurso completo. Por eso llama tanto la atención lo que pasó con las consejeras. Más que el comportamiento de funcionarias de alto nivel, lo que vi fue el movimiento nervioso de personas que no querían ser vistas juntas, parecía una escena de esas donde alguien hace algo que no quiere explicar y como si se hubieran dado cuenta de que se equivocaron de lugar… o de testigo. No acuso nada, pero sí pregunto: ¿Por qué tanto sigilo? ¿Por qué esa incomodidad al ver a un periodista? ¿Qué se estaba discutiendo que mi presencia las hizo abandonar sus sagrados alimentos? A veces, en política, no hace falta decir nada. Las formas hablan por sí mismas.
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