Putin no bromea
- #LaNoticiaEs
- 1 dic 2024
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POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Crecimos con el debate que el socialismo era lo peor, que no había libertad, que sus gobernantes eran unos asesinos, que no había respeto a los derechos humanos, que eran unos demonios y que el capitalismo era el acceso a todo lo bueno, el mundo donde los pobres podrían llegar a ser millonarios, porque ejercían su libertad, porque eran tratados con igualdad de oportunidades. Ese es el mundo bipolar al que pertenece Vladímir Putin.
Del anonimato que se genera en las masas populares, que comparten el espacio de sobrevivencia, de lucha y de la causa, cualquiera que esta sea, salió un hombre bajo de estatura, con mirada intimidante, que sabe hablar, lo hace poco, aunque con contundencia. Experto en inteligencia, practica artes marciales, su imagen crece con estrategias de propaganda política. Lo vemos en las pantallas de televisión o en las redes, su rostro no denota un milímetro de duda sobre lo que dice que puede y va hacer en caso de una agresión a la seguridad de su país.
Vladímir Putin, abogado, exmiembro de la KGB y exdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB), principal organización de inteligencia y seguridad de la federación rusa, sucesora de la KGB, tiene una toda una formación en el servicio público, una carrera política que inició desde 1990 y es la quinta ocasión que ocupa el cargo de presidente de la federación rusa. Conoce el juego internacional y eso lo define como un defensor comprometido de la seguridad nacional para su nación. Por quince años, trato de evitar, por medios diplomáticos, la guerra contra Ucrania que, del lado occidental, se empeñaron en crear lanzando el mensaje que este país ingresaría a la OTAN.
Las cosas empeoraron cuando armamento con tecnología de los Estados Unidos (EE.UU.) e inglesa fue utilizado para impactar objetivos en territorio ruso. El presidente Joe Biden ha resultado más belicista que Trump y le está dejando un conflicto internacional con los puentes rotos. El viejo Joe ha fracasado en sus intentos por debilitar a Putin. Lo más alarmante de extender el conflicto para los EE.UU. es que no tiene capacidad militar nuclear ni convencional para derrotar una alianza chino-rusa. Tampoco puede iniciar una guerra cibernética con el objetivo de ganar a China y Rusia, porque ambos aliados podrían derribar sus satélites GPS en horas de haber detonado cualquier enfrentamiento.
Esta no es una guerra de Ucrania contra Rusia, es un conflicto entre los EE.UU. y Rusia. Los países de la OTAN no tienen la fuerza para decir no, pero tampoco tienen la fuerza militar para enfrentar y vencer a Rusia que, en caso de una agresión colectiva europea, acudiría a sus aliados China, Irán y Corea del Norte. Putin es un líder que ha mejorado la economía de su país, eso le ha dado solidez al frente del gobierno al grado que ninguna revuelta interna lo puede vencer, en el periodo de la guerra contra Ucrania ha logrado producir lo que necesita para la guerra y va ganando a los EE.UU. en el escenario de la comunicación política con el mensaje que está venciendo al imperialismo norteamericano.
En medio de la transición presidencial en los EE.UU. Putin espera desde una posición de fuerza geopolítica; el posible escenario de las negociaciones está de su lado. El país cuenta con arsenales nucleares y un avanzado sistema de misiles que han inclinado la balanza en su favor. El líder ruso es un estratega reflexivo y ha conquistado marcar la ruta del nuevo orden mundial. EE.UU. seguirá controlando la OTAN con una Europa debilitada y tratará de evitar un bloque euroasiático.
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