Lo que sea: Mentir, matar, desestabilizar

POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA:

No es menor lo que ocurre en México. Todos debemos estar atentos y ponernos del lado correcto de la historia que nos toca escribir. Ellos siempre han sido lo mismo, traidores a la patria. Los libros no son letra muerta, no son el pasado cerrado con candados del olvido; la historia es el legado de lo que somos, del sacrificio de mujeres y hombres que apostaron por una patria para todos, que dejaron el egoísmo individual arropando la solidaridad colectiva. Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Cárdenas son nombres escritos en el cuerpo de la nación mexicana. Lo hecho por ellos es materia que nos motiva a entender la gravedad que enfrentamos ante los enemigos del país. Se llaman derecha, ultraderecha, conservadores o como quieran diferenciarse. Por encima de todo, el cordón que los une es derrocar al gobierno del bienestar.

Mentir no es una acción aislada ni improvisada, distorsionar la verdad no tiene importancia para ellos si con esa alternativa construyen una verdad que les permita instalarse como minoría dominante e imponer sus intereses a millones de mexicanos que, para ellos, son seres anónimos que no merecen nada. Imitan los modelos de guerra psicológica disparando proyectiles cargados de falsedad; a fuerza de repetir quieren convencer a los ciudadanos distorsionando la realidad. No importa valerse de lo que sea, lo que esté a la mano para llenar los espacios informativos de todo tipo para afectar al gobierno de la Cuarta Transformación y a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Usurparon un movimiento de jóvenes, sin jóvenes, pero no perdieron oportunidad de sacar material para su campaña de denuncia del autoritarismo y la inseguridad.

Matar tampoco es un impedimento para ellos si haciéndolo logran sus objetivos. Usaron la lamentable muerte del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, para salir a las calles a manifestar su molestia contra quien los quitó del poder que creían suyo. Entre las decisiones extremas empiezan a soltar un posible atentado contra la presidenta; solo los detiene que Morena tiene la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. Con el nuevo Poder Judicial se les viene el mundo encima. En su enojo, copian modelos implementados por la CIA para promover movilizaciones cuyo único fin es provocar ingobernabilidad en el país. Son difusores del discurso del odio.

Repiten la guerra sucia impuestas por la CIA en países como Guatemala donde derrocaron al presidente Jacobo Árbenz solo porque se atrevió a favorecer a los campesinos con una reforma agraria que los norteamericanos consideraron afectaba las ganancias de una empresa gringa. En el bloque conservador, muchas quieren ser las Corina Machado y muchos los Juan Guaidó de Venezuela en México. Las élites venezolanas son los mejores aliados del caos de su país criticando al gobierno, pero nunca al bloqueo económico de los Estados Unidos que es la fuente de las desgracias de su país. Igual que allá, en México los enemigos de la patria no son personajes improvisados, reciben recursos del extranjero, tienen alianzas perversas, están aleccionados, cuentan con recursos tecnológicos y redes para impulsar acciones golpistas continuas.

Desestabilizar al país es la causa que los une, no les importa lo que puedan provocar, por eso insisten en la guerra sucia. En México no hay socialismo, menos comunismo, pero su discurso recurre a esos términos que ya no existen en China ni Rusia. ¡Vamos para ser Venezuela de Chávez, para ser como la Cuba de Fidel! suena estúpido el mensaje, pero la estupidez es su argumento. Ante ellos, los mejores aliados son la organización y la movilización del pueblo para marchar unidos.