Alejandra del Moral ganó el debate, pero su oponente se le fue viva.
Nada nuevo. A la maestra le recordaron los “diezmos de Texcoco”.
Delfina Gómez. Rudeza de Alejandra es porque va abajo en las encuestas.
Empaña triunfo de Ale del Moral el protagonismo de la moderadora.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
Lo que para Alejandra del Moral Verla pudo haber sido un triunfo sencillo y limpio, pero triunfo, se vio opacado por un par de aspectos fundamentales que hicieron que su oponente, Delfina Gómez Álvarez, saliera “raspada pero no herida” del debate de este jueves en el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
1.- Cuando Delfina señaló que el ataque de Alejandra era entendible porque la priista lleva 20 puntos de desventaja en las encuestas.
2.- El papel, más que protagónico, de la moderadora, la periodista Ana Paula Ordorica, quien acorraló, increpó e interrumpió más a Gómez Álvarez que la propia Del Moral Vela.
Inmediatamente después del debate se publicaron las encuestas: Tresearch, Demoscopia Digital y CEresearch dijeron que ganó Delfina; para Massive Caller y Grupo Fórmula ganó Alejandra. Lo cierto es que cada quien verá cómo ganadora a quien represente sus intereses.
Lo cierto es que ninguna de las dos pudo destacar ni ofrecer algo nuevo o diferente a lo que ya conocemos de ellas.
Mucho más histriónica y frontal Alejandra Moral, con una estrategia de ataque sobre Delfina en los ya conocidos puntos débiles de la maestra: Los diezmos de Texcoco y su paso por la Secretaría de Educación Pública donde hay señalamientos de malos manejos financieros. Para el nocaut que prometió Del Moral le faltó muchísimo. La abanderada de ‘Va por el Edomex’ necesita más que esos dos temas para poder recuperar terreno y remontar.
Alejandra es segura en sus números, mejor al micrófono y en el podio, sin embargo es poco creíble que después de cien años quiera resolver lo que su partido ha provocado en el Estado de México. Y con respecto a las encuestas, ya no dijo ni que va subiendo ni que caballo que alcanza gana; simplemente las descalificó; “las encuestas no votan”, sentenció.
Delfina mostró sus limitaciones al micrófono; sus resbalones en geografía siendo maestra: San Felipe del Progreso no está en los caminos del sur. Se enganchó a la primera cuando Del Moral le recordó los moches de Texcoco y en lugar de atacar directamente a Alejandra sólo necesito sacar a la luz las encuestas que la tienen –hasta ahora- con una considerable ventaja.
Quizá lo mejor que hizo Delfina fue regañar a los asesores, amigos e invitados de la candidata valiente cuando de entre ellos salió una imprudente carcajada al momento de que Delfina hablaba de los indígenas; la maestra regañó a los burdos que con su chiste le dieron un aire de recuperación a Delfina en el debate.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
La tenía, era suya y la dejó ir…
El saldo fatal del debate para Del Moral y el PRI sería, por encima del triunfalismo, que no cambie en nada el escenario electoral actual. Lo destacable y reprobable es lo que sucedió en otras pistas: la moderadora interrumpió ocho veces a Delfina Gómez y sólo una vez a Alejandra del Moral, no había necesidad de ello; rudeza innecesaria, dirían en el emparrillado, que terminó –sin que los priistas lo hayan promovido o deseado- haciendo el juego sucio a favor de Del Moral; la actitud y forma de Ana Paula Ordorica muy cuestionable, por decir lo menos. Y afuera: Lilly Téllez en plan provocativo; ¿realmente creerá la senadora que le ayuda a Alejandra del Moral o a su aspiración política presidencial? Es poco creíble después de tres brincos de partido. Los prianistas festejaron, los morenistas también. El problema es que ninguna de las dos candidatas tiene lo que necesita el Estado de México; pero es lo que hay y ni modo. Si debemos sacar una conclusión es que, aunque ganó, Alejandra del Moral no fue contundente y la maestra Delfina Gómez se le escapó viva. Como diría el narrador de fútbol, Enrique “El Perro” Bermúdez: ¡La tenía, era suya y la dejó ir!
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